A pesar de mi estado gris de vez en cuando aparecen algunos diamantes como mi amiga Iratxe. Estupenda y positiva fue mi acompañante al estreno de Sexo en Nueva York., luciendo sus Manolo divinos, al igual que la protagonista. Y tras ese "capítulo" largo un poco de glamour y champagne francés en Public Lounge. Una de estas salidas que te suben el ánimo. Y recuerda, Iratxe, que si estás triste ya sabes a quien llamar. Por mucho que lo pretendamos negar, lo banal (bacanal?)a todos nos atrae, animales hedonistas que nos dejamos atraer por la vorágine de los sentidos. Para que negar la evidencia, como dijo O. Wilde la mejor manera de superar los vicios es sucumbir a ellos. Y yo como abanderado, dejaré que sean otros los cínicos de la abnegación. Bienvenidos los deseosos de excesos. Y mientras escribo esto viajo rumbo a Madrid a la fiesta del orgullo a quitar la melancolía a ritmo de Infinta y Drum & Bass.
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